Existen dos tipos de redes
sociales a grandes rasgos: las de participación controlada y las redes sociales
de uso convencional.(Existe una Taxonomia muy completa realizada por JJ de Haro)
Ambas redes sirven para lo mismo
en educación: para generar de manera virtual una interacción entre personas con
el objetivo de trabajar una serie de contenidos y así conseguir objetivos como
son, además de los propios de la unidad didáctica referidos a la materia, el de
trabajo colaborativo, participación, responsabilidad con la propia actividad,
comportamiento social virtual,…
Pero hay una diferencia enorme
entre estos dos tipos de redes sociales: los recursos.
Con ello me estoy refiriendo a
las prestaciones de unas y de las otras, y de todo comportamiento que puede
derivar de estos recursos. Cada red social tiene unas características
determinadas, pero en las redes sociales controladas (aquellas que crea un
docente para el uso exclusivo de un colectivo) todos aquellos recursos que se
ponen a disposición de los usuarios son muy sencillos y resultan arduos
conocidos, como son los foros, un espacio de repositorio, calendario, sistema
de recopilación de últimas actualizaciones y actividad sobre los integrantes,
mensajería, sistema de subida de datos… incluso miniblogs personales como en
las redes sociales de plataformas como Ning…
Este tipo de prestaciones suelen
ser las típicas que todo docente pone al alcance de sus alumnos, acostumbrados
a encontrase con ellas en su vida virtual normal, y en la mayoría de los casos,
no se necesita una formación previa a su uso para la capacitación de cara a la
herramienta.
Pero en el caso de las redes
sociales convencionales (Facebook, twitter…) las características individuales
de cada una son inamovibles, el docente no las puede adaptar, y se trata de
redes sociales masivas, en las que el flujo de personas adheridas a ellas no es
posible ser controlado por el docente. Las prestaciones son mucho más
complejas, además de contar con publicidad adicional en cada una de las páginas
acerca de la que es necesario educar... El comportamiento a tener en estas
redes tampoco es el mismo, ya que no solo se comparten con el grueso de la
clase, sino que un alumno en su perfil puede tener 500 amigos ajenos a la
actividad que se quiere desarrollar.
Todas estas incidencias se pueden
enfocar desde un punto de vista positivo: por un lado, se está realizando una
labor educativa en redes popularmente usadas con otros fines: cotilleos. Al haber
tanta heterogeneidad de comunidades a cada alumno se le capacita en la gestión
de su protocolo de interacción con los diferentes grupos,… pero para poder
abarcar esta labor y que además se pueda llevar a cabo una actividad educativa
en estas redes, es necesario un proceso de formación para obtener una
capacitación previa a estas actividades, con el objetivo de minimizar los
riesgos, los miedos, las inseguridades, y maximizar el conocimiento de las prestaciones, del
autoestima, de la autogestión de la propia actividad en la red… De este modo,
se está educando en un entorno lo más parecido a la vida real, un espacio no
controlado, pero seguro a la vez gracias a la educación.
El mayor enemigo ante las
actividades innovadoras de este tipo es el subestimar la necesidad de esta
formación previa, lo que provoca un desinterés por la actividad, un progresivo
analfabetismo social, una falta de capacitación ante herramientas de uso,… todo
ello se reafirma en la falta de confianza sobre esta red por parte de los alumnos
ante la actividad en la misma.
Con dedicar una clase a ello es
suficiente, pero imprescindible, ya que si no, por experiencia, no se
conseguirán los objetivos determinados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres puedes escribir aquí cualquier idea que quieras aportar al respecto de las entradas.