Tuve un alumno que me marcó de por vida cuando hice mis prácticas de profesora de educación artística en el IES García Bernal de Salamanca, ya hace unos cuantos años, siendo la primera promoción de este nuestro Máster de Profesor.
Creo que todos los profesores hemos tenido uno al que no olvidamos, bien sea por asuntos positivos, negativos, o esa mezcla de los dos que se llama RETO.
En mi caso, se llama Javier y tiene Asperger. Bien llegada, el primer día de clase, observé que un alumno se quedaba marginado, en una mesa que no compartía con nadie, y sus deberes eran diferentes al resto. Sus compañeros se metían con él y parecía que sufría mucho.
No quería realizar las actividades de educación artística, solo quería escribir un libro que estaba redactando. ¡Efectivamente! un libro ni más ni menos, y él estaba en 1 de la ESO. Le pregunté a mi profesora-tutora qué era lo que sucedía, y ella me dijo que tenía algo que se llamaba Asperger.
Ahí mi ignorancia, algo que no nos enseñan en clase. En el centro escolar tampoco sabían mucho del tema y solo estaba formado en ello el orientador-psicólogo. Los padres del niño eran muy colaboradores según parecía, y dentro del aula se hacía lo que se podía con él.
Pero además, este alumno presentaba otras dificultades que le impedían desarrollar ejercicios en los que se requería habilidades de motricidad fina... Pues primer paso superado: si pretendíamos que entendiese la gama cromática y cómo a partir de unos colores se forman otros, la luminosidad, saturación, etc...: hoja grande, ceras, y a mezclar con las manos, nada de motricidad fina. Esa fue la solución.
Bien, pero luego tenía que explicarle el espacio, los planos, la perspectiva. Se trataba de un alumno que tenía que ser acompañado desde la puerta del colegio hasta su clase porque se perdía. ¿Cómo le enseñas este tipo de contenido? probé el método habitual: perspectiva cónica mostrándole lo básico: punto de vista y fugas, todo dibujado... no funcionó. ¿Solución? me fui al chino del parque, compré lanas gordas de colores fosforitos, cinta de carrocero y me lo llevé por el colegio. Comencé a sacar las fugas de macetas, escaleras, armarios... haciendo con los hilos de las lanas las líneas que haríamos sobre el papel. ¿Resultó? acabó entendiendo cómo la maceta estaba fugando, dónde estaba el punto de fuga, cuáles eran las líneas que fugaban y hasta me lo dibujó.
En esta vida hay que ser creativos, pero no solo eso, sino "ser leídos". Sola, me puse a leer todo lo que caía en mis manos sobre Asperger hasta llegar a comprenderlo lo más perfectamente posible para saber cómo llegar a él, cómo comportarme para que así mis esfuerzos de profesora diesen resultado.
Estoy orgullosa de las noches sin dormir y de tanta lectura avanzada, ya que el orgullo que uno como profesional siente cuando ve resultados, por muy duro que sea el reto, vale la pena.
Ahora, mis recomendaciones:
- Informaros muy bien de qué es el Asperger y cómo tratar con personas que lo tengan.
- No dejéis de actualizados
- Mantened el contacto con la familia
- Procurad ser un equipo con el resto de profesores que le den clase, ya que estos niños necesitan atenerse a programaciones que conozcan, lo desconocido les predispone de manera negativa, así que si tenéis reuniones para abordar las asignaturas de igual modo mejor.
- Educar al resto de alumnos de clase en Asperger para que no solo lo entiendan y conozcan, sino sepan cómo comportarse con las personas que lo tienen.
Y mucho ánimo, es estupendo tenerlo en clase y la diversidad recordad siempre enriquece el aula porque enriquece las experiencias.
Un saludo ;)
PD: si llego a encontrar las fotografías que saqué en ea época las añado.
Hermoso... Gracias por publicarlo.... Lo compartire hasta el cansancio.
ResponderEliminarGracias ;)
ResponderEliminarGenial, Camino! :)
ResponderEliminarMuy bonito. En las prácticas tenía en casi todas las clases alumnos con problemas de psico-motricidad. El resto de los alumnos eran atentos con ellos (la mayoría siempre hay de todo). Yo les veía a los ojos y veía ternura en ellos. De otra parte, me parte el corazón que a veces no pueden comprender estos alumnos (o hacer) lo que otros no quieren aprender.
ResponderEliminarGracias Salomón,
ResponderEliminarEfectivamente Fernando. En mi caso los demás compañeros de este alumno no lo apreciaban ni tenían respecto por él. Era una situación dura. Ahí me di cuenta de la gran importancia de formar al resto de los alumnos en el respeto y la riqueza del ser diferente. ;)