Durante el encuentro de #jespidim en la Expodidáctica de Barcelona hace un par de días, surgió una ponencia del grupo DIM acerca de los códigos QR.
Para nada pretendo ponerme en contra de los código QR ya que obviamente suponen un avance significativo en el tratamiento, almacenamiento y forma de compartir la información. Son impresionantes ya que con un solo código podemos usar muchos formatos multimedia. Además, posibilitan economizar el espacio y la rapidez de recibir y almacenar información.
Pero durante esta ponencia, en el turno de preguntas, un miembro de la sala, @joanpadros, dejó caer como bomba en la sala que los código QR podrían ser peligroso. Les dejo el recorrido que tuvo esta información, por lo menos hasta donde yo sé. Las palabras que usé en mi tweet pretenden reflejar en pocos caracteres la intención comunicativa del emisor.
La situación nos trae a debate no la funcionalidad de los QR, sino su primera comunicación con el espectador: su apariencia.
Cuando un niño mira un QR lo primero que ve es esto:
El problema que se plantea surge en este momento. La apariencia de los códigos no da ninguna pista previa a su descodificación acerca del material que contienen... éste puede ser un factor motivador debido al misterio que entraña la posible información que trae, pero a la vez éste punto motivacional puede ser un arma de doble filo.
No es nuevo que la cúpula de la publicidad no tiene límites y a todos nos ha pasado alguna vez que buscando los vídeos de Blancanieves y los siete enanitos en la red nos ha salido un video que nada tenía que ver con su título...
A este punto es al que se refiere la polémica sobre los QR, en que cualquier niño con un teléfono que tenga la aplicación de descodificación de QR y con solo la curiosidad de saber qué hay detrás del código o simplemente porque cree que puede ser información de interés para su aprendizaje diario, se puede encontrar una vez descodifique el código con:
-publicidad no deseada
-videos o material adulto
-información acerca de uno mismo no validada....generando bullyng
Con ello no significa que haya que dejar de usarlos, sino que es interesante plantearnos sus puntos débiles para poder mejorarlos y así poder beneficiarnos libremente y de manera segura de su potencial.
Simplemente cambiando su iconografía sería suficiente ya que siendo usada de manera obligatoria se podría identificar algo acerca del contenido que nos diera pistas sobre él.
Los ponentes admitieron que no se habían planteado el tema y que puede ser una reflexión interesante a tener en cuenta.
Creo recordar que se hizo video.... espero que si es así podamos rememorar este momento partiendo desde la primera fuente.
Los ponentes admitieron que no se habían planteado el tema y que puede ser una reflexión interesante a tener en cuenta.
Creo recordar que se hizo video.... espero que si es así podamos rememorar este momento partiendo desde la primera fuente.
En ese caso los códigos QR tienen el mismo peligro y el mismo enorma potencial educativo que Internet.
ResponderEliminarComo toda herramienta no es buena o mala en sí misma sino que depende de su uso.
En cuanto a los chicos, como siempre hay que cuidarlos y orientarlos en el uso de las TIC, no dejarlos "huérfanos digitales".
Saludos
Natalia- Directora de Excellere Consultora Educativa
Estoy 100% de acuerdo con tu comentario Natalia. Pero te comento que en concreto quería indicir en la inexistencia de un estudio perceptivo adecuado a los QR, es decir, que al tener una apariencia 100% codificada, no hay digamos una barrera intermedia que nos aporta una visión previa al contenido que albergan. Un ejemplo: antes de comprar un libro miras primero la portada (1º barrera de percepción), luego lees el título (2º barrera de percepción), luego lees el resumen en la parte de atrás (3º barrera de percepción). En cambio, antes de ver un código QR no tienes más que su apariencia codificada.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tu comentario ;)
Festival país televicoon publica
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